Primeras impresiones Comencé a leer este libro la noche del martes 27 de mayo. Ciego a toda advertencia: el título, los ornamentos lúgubres, Saturno devorando. La tipografía gruesa, angulosa, picuda. Es que Andrés me ha inspirado muchas cosas. De todo menos temor. Hasta ahora. No hay nada más horrible que la disyunción entre las lógicas de dos mundos: uno humano y otro inhumano. Con esto me refiero al sentido de los hechos. Porque el mundo inhumano trae consigo los elementos, la noche, la bestia, el riesgo al mundo humano. Porque la humanidad produce una masiva indiferencia movilizándose de súbito. Catorce prosas y diecinueve poemas barajados para estimular el cerebro. Hemos hablado de eso. Porque Andrés sabe cosas en una clave bastante suya. Mediación software/hardware. Caja negra. Pensadora electrificada. Cuerpo, mente. Las fuerzas y sus direcciones. La morfodinámica de la pesadilla. Pregunta para llevar a la almohada: ¿por qué no habrías de temer a un magnético y membrudo...